Albergue acogedor en una bonita casa de labranza de más de cien años rehabilitada.
El patio del albergue es el espacio que da la bienvenida al viajero. Abierto al exterior a través de un gran portón de madera, es un lugar amable y recogido donde descansar y reponer fuerzas para la jornada siguiente.
La encantadora y amable dueña hace que el albergue sea lo más parecido a estar en nuestra propia casa, y nos puede atender en francés, inglés, alemán y holandés.
Precio exclusivo para peregrinos del Camino de Santiago acreditados.